En la de los 70’s mientras el
Gobierno del General Juan Velasco Alvarado iniciaba todo un proceso de
revolución en el país y llevaba a cabo su plan para recuperar Arica y Tarapacá,
Chile olía en el norte tambores de Guerra.
Es así, que según un documento desclasificado del
Centro de Inteligencia de los EE.UU y que lo reporta el General Mayor de
EE.UU, Harold R. Aaron, da cuenta que en
una visita que realizó a Chile del 24 al 31 de marzo de 1974, en una
conversación que tuvo con el general Gustavo Alvarez, jefe del Estado Mayor de
Chile le detalla lo siguiente:
“la verdadera Versión”.
“El gobierno de Salvador Allende
poco antes que recibiera el golpe de
estado por parte de Augusto Pinochet, había aceptado la adquisición de tanques
soviéticos T-55, pero Allende se enfureció a enterarse que los soviéticos le
estaban enviando una cantidad considerables de tanques similares al Perú.
Es más, en una discusión con el
embajador de la Unión Soviética en Chile, el presidente Allende no recibió
ninguna satisfacción como respuesta. Sin embargo, Fidel Castro le
prometió a Allende que usaría sus influencias para cancelar la orden de envíos
de tanques al Perú.
El 23 de febrero de 1973, el
presidente Allende sostuvo que, como Estado Socialista, no debería ser
apuñalado por la Unión Soviética. Los chilenos hacen todo lo posible para
monitorear las armas soviéticas que ingresan al Perú, pero admiten que la
contrainteligencia de Perú es altamente efectiva”.
Lo que no que tan claro, es si Fidel
Castro cumplió su promesa e intento en persuadir
a los soviéticos para que no entreguen los tanques -55 al Perú.
Pues, como se sabe, Castro tenía
mucha comunicación con Allende y esperaba que la revolución latinamericana se
expandiera por todos los países de América del Sur.
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