Mientras, que Perú y Chile esperan
el fallo de la Corte de La Haya por el diferendo marítimo, el cineasta peruano Carlos Oganes Oblitas, viene
trabajando arduamente, desde hace ocho años, en una producción realmente épica:
una película histórica sobre la Guerra del Pacífico.
La película peruano tiene como título
“Gloria del Pacífico”. El 2009
realizó el trabajo de preproducción, las grabaciones empezaron en noviembre del
2010, y continúa hasta estos días.
Oganes nos cuenta todos los
detalles de esta ambiciosa y singular producción peruana.
¿Cómo nace el proyecto de Gloria del Pacífico?
“De niño, en los años 80 vivía en
la zona sur, Tacna, Arica, Locumba, que son zonas donde sucedió la Guerra del
Pacífico, son los lugares más emblemáticos. Yo me acuerdo que a comienzo de los
80s pasaban en canal 7 una serie documental hecha por el Ministerio de
Educación llamada “Nuestros héroes de la Guerra del Pacífico”. Para mí era lo
máximo, ya que estaba rodeado de ese patriotismo tacneño. A mí me gusta mucho
la historia en general, sobre todo la época republicana del país, así que esa
serie se me quedó grabada en la cabeza. Yo no sabía en ese entonces que luego
me iba a dedicar al cine”.
“Ya en los 90`s, cuándo estaba
trabajando en cine y televisión pensé que querría hacer esa historia alguna
vez, pero como es un tema delicado, grande, un tema histórico, no solo hace
falta investigación profunda, también hay que ser responsable, y muy encima de
ser responsable hay que tener el know how, el conocimiento cinematográfico para
hacer un producto de semejante envergadura. Supe que en ese momento no estaba
preparado”.
“Cuando sentí que podía hacer
algo al respecto fue por el año 2000. A partir del 2003 empecé la investigación
histórica, en el 2005 viajé a Tacna, Locumba, Arica y toda la zona norte de
Chile para hacer una investigación de campo. Ver museos, ver la misma
morfología, como eran los uniformes, captar y hablar con historiadores de ambos
lados. Teniendo, obviamente, un filtro previo de quienes son los historiadores
antiperuanos o antichilenos, para tener una visión más imparcial de las cosas.
Y ahí empecé a elaborar el guión, en el 2005. En el 2009 empecé la
preproducción, que fue un verdadero un dolor de cabeza. Ver las locaciones, los
actores, el vestuario, cuestiones de presupuesto, etc. Luego de eso, empecé el
rodaje, el 16 de noviembre del 2010”.
“Por haber vivido en esa zona, yo
quise enfocarme en la Batalla de Arica, y todos los acontecimientos previos a
esa batalla. Porque sabía que si hiciera los 4 años de la guerra, ¡eso sería un
“Señor de los Anillos”! (risas), algo inmenso”.
¿Cómo es la cronología del relato en la película?
“La película inicia el 26 de mayo
de 1880, cuando sucedió la Batalla de Tacna. Era la última batalla de la
alianza peruano-boliviana, contra los chilenos. Los chilenos ganaron, tomaron
Tacna y de ahí bajaron a Arica, hasta la toma del Morro que fue el 7 de junio.
Esas 2 semanas son las que estoy cubriendo en la película. A la vez hay saltos
atemporales hacia 1929, de un sobreviviente de la guerra que le cuenta sus
recuerdos a su hijo. Y su hijo, siendo un poco escéptico, como muchos nosotros
que no entendemos algunos aspectos de la guerra, necesita que le respondan
preguntas como “¿De verdad se lanzó Alfonso Ugarte desde el Morro? ¿O es solo
un romanticismo que nació en la época?”.
De los personajes históricos que conocemos, ¿quienes aparecen en la
película?
Francisco Bolognesi, Alfonso
Ugarte, Roque Saenz Peña, Joaquin Inclán, Ramón Zavala, Guillermo More, quien
cayó en desgracia por haber hundido la Independencia, su propio buque. En el
caso de los soldados, he tomado nombres que verdaderamente existieron en la
lista de los batallones.
De los chilenos están Baquedano,
el coronel Pedro Lagos, Belisario Campos, Juan de la Cruz Salvo, quien fue el
que se acercó para pedir la rendición, al que le contestaron lo de “Tengo
deberes sagrados que cumplir…”.
También está la madre y la novia
de Alfonso Ugarte, espías chilenos que están en Arica, etc. Tengo casi 30
actores principales. Hay varios días que he tenido más de 500 personas en
escena: 500 extras en infantería, más la caballería, los actores, y más extras
civiles.
¿Has trabajado solo con peruanos, o también con chilenos?
“Todos los actores son peruanos.
Me hubiera gustado trabajar con chilenos, pero no se pudo”.
¿En qué locaciones has filmando hasta ahora?
“Prácticamente toda la película,
interiores e exteriores, ha sido filmada en el Centro de Lima, en casonas
antiguas, en el Real Felipe, en Ancón, en el Morro Solar, para simular el de
Arica. Ahí acampamos un mes, armamos un set, tuvimos que llevar cañones, de
todo. En Ancón grabamos escenas alternas a lo que es Tacna. Ahí hay áreas que
son pampa ancha, y los cerros están bien al fondo, kilómetros atrás. Eso es lo
más semejante al Alto de la Alianza en Tacna. También en San Bartolo hay pampas
enormes, ahí grabamos escenas complementarias”.
¿En qué estado se encuentra la película?
“Ahora está en un 90%, solo falta
filmar a los civiles, la madre de Alfonso Ugarte, su novia cuando está en
Paris, interiores y exteriores”.
¿Cómo estás financiando la película?
“En 2009, cuando empecé a tocar
las puertas de algunas empresas, sorpresivamente no encontré el apoyo debido.
Después me entero, o por lo menos esa es mi impresión, que muchas de esas
empresas estaban poniendo esos peros porque tienen inversiones chilenas, y en
verdad acá en el país muchas empresas tienen participación chilena”.
Pues dije, no. Los chilenos ya
han hecho bastantes series y películas: Adiós al séptimo de línea, que fue la
serie más cara de la televisión chilena; Epopeya, que era un documental con
partes dramatizadas, del 2007; y La Esmeralda, 1879 una película sobre su
héroe, Pratt, en la cual también aparece Grau, donde se dan incluso el lujo de
construir 2 réplicas del Huáscar y de La Esmeralda y hundirlas.
Por último, ¿Qué esperas de esta película?
“Para mí es muy importante que se
entienda la misión de la película que es relievar, alzar, renovar el sentido de
patria. Pienso que nosotros como país somos un país frustrado, que no ganamos.
Eso a algunos los hace sentirse perdedores, pero nosotros tenemos muchas cosas
positivas, y necesitamos reforzar eso. Es como una operación psicológica, no
autosugestión, no es un placebo, no es “hacer creer que tenemos algo”, es que
¡sí lo tenemos!
“Espero que esta película sirva
para poder valorar gente que ha sido de carne y hueso como nosotros, que han
hecho cosas muy importantes que también nosotros podríamos hacer. Y que no se
repita, 132 años después, la misma historia que pasó en ese entonces: el
gobierno desatendiendo las necesidades del pueblo y de nuestras defensas, y
viene otras personas y se roban nuestras riquezas. Ojo, esta no es una apología
a la guerra, o un cherry al ejército. Mi intención es mostrar
cinematográficamente un hecho heróico y trágico, para que no se vuelva a
repetir”.