jueves, 13 de junio de 2013

¿El caza norteamericano F 35 -B nació de un avión caza Soviético? [VIDEO]



¿El  caza norteamericano F 35 -B nació de un avión de un caza soviético?, aunque usted no lo crea, el caza F 35B no fue diseñado en Fort Worth, sino en Moscú. Los ‘excepcionales’ ventiladores de elevación y el escape vectorial que permiten que el F-35B realice despegues cortos y aterrizajes verticales (VTOL, por su sigla en inglés) fueron diseñados hace casi tres décadas por la oficina naviera rusa de Yakovlev para su caza multipropósito supersónico, el Yak-141.

La Marina Soviética bajo el mando del almirante Gorshkov, en 1975 ordenaron a Yakovlev que desarrollase un avión muy versátil. Con una mezcla sin precedentes de velocidad supersónica, despegue vertical y capacidad de aterrizaje y rango extendido, su principal papel sería defender a la Flota Naval Soviética y las rutas de navegación. El avión no solo funcionaría desde un portaaviones, sino también desde plataformas rodadas de despegue y aterrizaje que podrían colocarse en todo el país. 

Los diseñadores de Yakovlev desecharon la configuración de doble motor que era popular por aquellos días, como en los Yak-38 y el Sea Harrier. En cambio, crearon un diseño con un motor único que podía girar 95 grados hacia abajo con dos motores de empuje vertical adicionales, ubicados en el centro del fuselaje, justo detrás del centro de gravedad. Se prenderían solo durante el despegue vertical, el aterrizaje vertical y el planeo. Los ingenieros debieron extender el cuerpo de la aeronave para obtener estabilidad aerodinámica.

En 1977, la aeronave obtuvo luz verde para su cabal desarrollo. En marzo de 1987 llegaría el primer vuelo, y se llevaría a cabo el primer planeo en diciembre de 1989. En abril de 1991, el piloto de pruebas Andrei Sintsyn marcó doce récords mundiales para aeronaves VTOL que fueron reconocidos por la FAI (la Federación Aeronáutica Internacional). Pero pronto habría problemas que dejarían sin volar al tan prometedor avión de combate. 

Lamentablemente tras disolverse la Unión Soviética en 1991 el Yakovlev se quedo solo, y debía de obtener fondos de otras fuentes. 

En un intento por seguir sobrevolando los turbulentos cielos de un imperio que colapsaba, Yakovlev comenzó a buscar un socio extranjero. Uno de los éxitos alcanzados fue el desarrollo del entrenador de combate Yak-130, en sociedad con la italiana Aermacchi. 

La otra sociedad sería con Lockheed Martin. A principios de los años 90, el ejército estadounidense decidió reemplazar sus bombarderos F-16, F-18 y A-10 por una familia común de aeronaves para sus tres servicios que operaban aeronaves.

Lockheed Martin era una de las empresas que intentaban suscribir el multibillonario contrato con Joint Strike Fighter. Como los diseñadores estadounidenses no contaban con experiencia previa en el desarrollo de VTOL, vieron el potencial del diseño de Yakovlev.

La sociedad Lockheed-Yakovlev nació hacia finales de 1991, Lockheed inyectó cerca de 400 millones de dólares. Para Yakovlev, los frutos de la sociedad eran tres nuevos prototipos y una aeronave estática adicional de pruebas a fin de testear las mejoras en el diseño y la aviónica. Dos prototipos de los aviones fueron expuestos en la exhibición aérea moscovita de 1993. Ninguno voló.

Y como era de esperarse, el verdadero ganador fue Lockheed. Sus diseñadores habían hallado una mina de oro habían aprendido lo suficiente acerca de las técnicas de los rusos a fin de diseñar su prototipo del Joint Strike Fighter, conocido como el X-35, preparándose para batir el vuelo entre él y el Boeing X-32.

Las similitudes del F-35B y el Yak-141 no radican solo en los motores, las toberas y los ventiladores. Las dos aeronaves incluso son muy parecidas en su aspecto, cual gemelos separados al nacer. Difícilmente esto sea una coincidencia, ya que debajo de la capucha de la aeronave estadounidense se encuentra un corazón ruso.