A un mes de recibir el resultado
del Diferendo Marítimo ante Perú en La Haya, los mandos de las Fuerzas Armadas
chilenas recibieron con inquietud las revelaciones hechas recientemente en medios locales
respecto de la posición crítica que existiría en la Centro-Izquierda respecto
de las políticas de Defensa y el tren de gasto en adquisiciones militares
de este país.
Y es que la Centro-Izquierda, hoy
agrupada en la alianza Nueva Mayoría rechazan el proyecto de Ley de
Financiamiento de Capacidades Estratégicas, enviado al parlamento en mayo de
2011 por el ex ministro de Defensa Andrés Allamand y hoy en trámite en el
Senado chileno.
Dicho proyecto, que prevé un
presupuesto anual para adquisiciones de equipo militar de 500 millones de
dólares cada año y un programa o calendario de compras de doce años, busca
reemplazar a la Ley Reservada del Cobre, que asigna al mismo ítem un fondo
anual de entre 280 y 290 millones de dólares.
Frente a eso, los especialistas
de la Centro-Izquierda recomiendan que el presupuesto anual para compras
militares no supere los 300 millones de dólares. Parte de la inquietud de los
militares se debe a que eso haría inviable los planes de compra de material
previstos para los próximos doce años, por un valor en torno a los 11 mil
millones de dólares.
Las recomendaciones de los
especialistas de Nueva Mayoría responden al nuevo escenario vecinal y
estratégico que se originará con el pronunciamiento, en septiembre próximo,
cuando la Corte Internacional de La Haya debe emitir un pronunciamiento para
resolver el diferendo de limites marítimos entre Perú y Chile. Con ello,
sostienen, perderá sentido el gran despliegue militar que mantienen las fuerzas
armadas chilenas hacia la frontera norte, donde hoy se concentra el 70 por
ciento de sus fuerzas terrestres y aéreas.