Chile al parecer sigue con su
plan de espionaje contra el Perú, y es que en la ciudad de Piura, fue detenido
un supuesto espía chileno en los exteriores de la base militar Grupo Aéreo Nº 7
de la Fuerza Aérea, donde opera el Escuadrón
Aéreo 711 (Escuadrón de combate "Escorpiones" operando Cessna A-37
Dragonfly).
Según agentes de la
oficina regional de inteligencia, el agente chileno estaría identificado como Francisco de asís
pobleta barrera y quien utilizó un DNI falso para infiltrarse en el país como
ciudadano peruano.
Se pupo que es la tercera vez que
este agente chileno es capturado en el
Perú. Durante el interrogatorio, el espía chileno confesó que había obtenido el
documento de identidad peruano en Chulucanas en el año 2010. Pero eso no fue
todo, pues se supo que en ese mismo año en que gobernaba el presidente Alan
García, este agente chileno fue intervenido en Piura y de manera reservada fue
manejado el caso.
También se evidenció, que este
espía había sido detenido en el 2003 en el Callao donde pasó 3 años en prisión.
Dos años en la Prisión de Sarita Colonia y otro en el penal de Cañete.
Ante estos antecedentes, el
sujeto fue puesto a disposición de Seguridad del Estado para las investigaciones
correspondientes.
Cabe recordar que la captura de
este espía chileno en el 2010, fue a un años después que la prensa peruana evidenciara
que el suboficial de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) Víctor Ariza Mendoza, le
entregaba información clasificada y secreta a Chile correspondiente al material
de compras militares que iba a realizar su institución en un plan de hasta el
2026.
El 18 de noviembre de 2009, el
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú emite el Comunicado Oficial
005-2009 dando cuenta que ese día el Subsecretario de Asuntos de América de la
Cancillería peruana, Embajador Javier León Olavarría convocó al Encargado de
Negocios de Chile, Andrés Barbé, y le hizo entrega de la Nota en la cual
"el Gobierno del Perú expresa su más enérgica protesta y rechazo
categórico por las acciones de espionaje que se han verificado en contra de
nuestra seguridad nacional".
Igualmente, el gobierno de Perú en su
protesta "solicita que Chile efectúe una pronta y profunda investigación
que deslinde responsabilidades y, en cada caso se apliquen las sanciones que
correspondan".
Lo curioso de esto, es que un día
antes que Perú emitiera el comunicado oficial del hecho, el embajador
estadounidense en Lima, Michael McKinley, reportó a Washington que Ariza fue
detenido dos semanas antes de que la información se filtrara a la prensa, lo
que le hacía presumir que el escándalo de espionaje no estalló casualmente el
13 de noviembre, porque precisamente ese día Estados Unidos anunció que
suministraría equipamiento bélico a Chile.
McKinley conjeturó que la exposición
de Ariza era una forma de presionar a los chilenos por las compras de armas a
los norteamericanos.
Es más, Cables secretos de las
embajadas de Estados Unidos en Lima y Santiago de Chile, filtrados por la
organización Wikileaks y publicados por el diario madrileño El País, destapan
el papel mediador del gobierno norteamericano para bajar los ánimos entre los
países andinos cuando se reveló la detención del técnico FAP Víctor Ariza
Mendoza.
En unos de los cables se detalla
que el embajador estadounidense en Chile, Paul Simons, confirmó la presunción
de que la revelación del espía Víctor Ariza, pues La historia de espionaje se
publicó el mismo día que la Agencia de Cooperación de Seguridad y Defensa
anunció potenciales ventas militares a Chile. Perú criticó dichas negociaciones
al enterarse que no era poco lo que adquiría Chile.
Se trataba del sistema de defensa
aérea Avenger, radares Sentinel y los temidos misiles AMRAAM para los cazas
F-16.
El 15 de diciembre, un
desconcertado Michael McKinley reportó a Washington que pocas semanas después
del estallido del caso de Víctor Ariza, que supuestamente filtraron las
autoridades peruanas para cuestionar la venta de armas de Estados Unidos a
Chile, el presidente Alan García presentó en un desfile militar ejemplares de
tanques chinos MBT-2010 que el Ejército había decidido comprar para reemplazar
a los viejos carros de combate soviéticos T-55, entre otras adquisiciones de
equipamiento bélico.
“Las compras militares son
sorprendentes, a la luz de la Iniciativa por la Paz y el Desarme que promueve
el presidente Alan García en la región”, informó McKinley. El mensaje de Lima,
entendió el embajador, era el siguiente: si le vendes a Chile, yo le compro a
China.
El embajador estaba preocupado de
que se concretaran las adquisiciones, porque consideraba que el empeño de los
peruanos debe concentrarse en la destrucción de Sendero Luminoso en el valle de
los ríos Apurímac y Ene.
Otro caso que fue escandaloso para la política peruana y
para el Perú, fue cuando la prensa reveló en febrero del año pasado el caso de
dos suboficiales de la Marina de Guerra
del Perú están detenidos en la Base Naval del Callao, acusados de realizar actividades
de espionaje para Chile.
Uno de ellos es el SOT 3 Alfredo
Marino Domínguez Raffo, analista de información de inteligencia, quien asegura
que empresarios italianos en el 2011 lo contrataron para que les brinde
información sobre la pesca peruana.
De acuerdo a la imputación, los
supuestos empresarios italianos son en realidad oficiales de la Armada de Chile, y
el país de encuentro con los supuestos espía fue Brasil. Domínguez se encuentra
detenido desde octubre del año pasado.
El otro suboficial acusado de
espiar para Chile se llama Johnny Richard Philco Borja, operador de
telecomunicaciones. De acuerdo a la investigación de la fiscalía militar
policial, habría viajado a Brasil, Bolivia, Argentina y Chile para vender
información confidencial a sus contactos.
Según se supo en aquel entonces,
el suboficial de la Marina peruana Johnny Philco Borja identificó a uno de los
agentes de la Armada de Chile que lo contactó para recibir información
confidencial sobre el Perú.
Philco reconoció al capitán de
corbeta de la Armada chilena Francisco Calvanese Oyarzún como ‘Carlos’, con
quien habría sostenido al menos seis reuniones en Chile, Bolivia y Argentina.
Cabe precisar que hasta ahora no
se sabe en qué quedo la situación de los militares peruano, pero lo que sí se
sabe, es que Chile nunca reveló el
paradero del agente chileno, ni mucho
menos lo entregó para que afronte la acusación de espionaje ante el Perú.
Otros casos de espionaje Chile
ocurrido en nuestro país, fue a mediados del 2011, cuando un helicóptero de matrícula
chilena fue intervenido en la Ciudad Blanca de Arequipa. Durante las
investigaciones, se supo que los pilotos Los pilotos chilenos Hernán Alberto
Jequier y Arnaldo Gilberto Robledo Roa habían estado dando vueltas en espacio
aéreo peruano.
Y que antes de sobrevolar la Base
Aérea de La Joya, en Arequipa, el helicóptero, también pasó sobre la Base
Militar de Locumba, en Tacna, y además habría volado cerca del Cuartel Militar
Mariscal Nieto de Moquegua.
Según se supo, una de las
hipótesis que maneja la Fuerza Aérea del Perú (FAP) es que los presuntos espías
habrían ingresado al cielo nacional con el único fin de conocer el tiempo de
respuesta de la FAP ante un eventual ingreso de naves extranjeras.
Algo también curioso, fue que en
la hoja de vuelo del helicóptero se indicaba que en este había tres
tripulantes. ¿Dónde estuvo el tercer tripulante?, n el momento de su detención,
los pilotos chilenos fueron denunciados de tomar fotografías a la base aérea de
La Joya con fines de espionaje.
Asimismo, este hecho dejo muchos
interrogantes, pues después y tras el
hermetismo que manejo Perú este hecho, uno hasta ahora se pregunta, ¿Dónde está
el susodicho helicóptero?.
Es más, se supo que los pilotos
chilenos entregaron el material que se encontraba dentro de la nave a su cónsul
con la finalidad de ser resguardada a su país.
Luego, y a fines de enero del
2012 agentes de la oficina regional de inteligencia detuvieron en
la localidad de Talara, al norte del Perú a Luis Maximiliano Seraín Gutiérrez,
bajo la presunción de estar espiando a la base aérea ‘El Pato’ del Grupo Aéreo
Número 7 de Talara.
Los agentes comprobaron que el
sujeto que se encontraba en una en una zona restringida cercana a la base,
había fotografiado a la base con una cámara digital y tenía un croquis y planos
de la base. Asimismo, el agente chileno reconoció que perteneció a la
infantería de marina de su país.
Lo preocupante de esto, fue que un
día de que el agente chileno Maximiliano Seraín fuera detenido en Piura por espionaje, las autoridades peruanas
intervinieron a otro, esta vez en Tacna.
Se trataba de a Nicolás Pizarro
Manduca y que según las declaraciones del joven agente chileno, él fue invitado
por un profesor de tenis para un partido en el Círculo Militar; sin embargo,
Pizarro Manduca habría saltado luego el muro divisorio hacia el cuartel del
Ejército aledaño, una zona restringida, para fotografiar sus instalaciones.
En años anteriores se
realizaron otras acusaciones de espionaje.
1978. El ex suboficial FAP Julio Vargas Garayar, quien
trabajaba en la embajada de Chile en Lima, indicó que oficiales del ejército
chileno le contactaron para desempeñarse como espía y le pidieron realizar
fotografías de la base aérea de la FAP en La Joya (Arequipa). Fue prontamente
descubierto en sus actividades y de inmediato fue acusado de espionaje y
sentenciado a muerte en un juicio sumario ante un tribunal militar. El Consejo
de Ministros negó el indulto al condenado y el 20 de enero de 1979 Vargas
Garayar fue fusilado por traición a la patria.
En ese mismo año de 1978, los oficiales militares chilenos
capitán Sergio Jarpa y teniente Alfredo Andoázegui, del petrolero chileno
Beagle anclado en Talara, se encaminaron a la base aérea militar situada en
Talara para fotografiar ocultamente los aviones de combate Sukhoi Su-22
adquiridos por el Perú, siendo arrestados por la seguridad de la Fuerza Aérea
del Perú.
Los oficiales chilenos indicaron que las órdenes provenían del
embajador chileno, Francisco Bulnes. El presidente peruano de entonces, el
General del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, Francisco Morales
Bermúdez decide expulsar al embajador chileno declarándole "persona non
grata". Antes de partir, Bulnes pide también la liberación de los
oficiales chilenos; el embajador y los oficiales fueron también expulsados del
Perú en enero de 1979.
2001
El ex Presidente del Consejo de
Ministros y ex Canciller, Javier Pérez de Cuéllar, expresó en mayo de 2001 su
enérgico rechazo a la presunción de que el Gobierno del Perú haya colocado en
la Embajada y en la residencia diplomática chilenas en Lima algún aparato
electrónico para espiar sus actividades, como fuera denunciado por el Embajador
Juan Pablo Lira.
Asimismo, irónicamente, lamentó la mala seguridad que tienen
ambos locales y manifestó que corresponde a las autoridades chilenas investigar
su personal civil y de seguridad para determinar cómo ingresaron dispositivos
electrónicos de escucha. La ex Canciller chilena, Soledad Alvear declinó
referirse al caso, misma actitud tomada por el gobierno de la época. Pérez de
Cuéllar agregó que "creo que la responsabilidad es de la propia Embajada
chilena que no sabe cuidar su casa", dijo tras señalar que "al Perú
no le corresponde investigar el hecho", pero que si Chile decidía
solicitar algún apoyo que lo hiciera, lo que no sucedió.
Antes de la guerra de rapiña de
1879 que emprendió Chile contra el Perú, se realizaron actos de espionaje,
inclusive con la complicidad de empresas inglesas instaladas en el Perú, porque
Inglaterra atizó la guerra con el objetivo de apropiarse de las salitreras
bolivianas en Antofagasta.
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