Dicen que fueron en su momento los mejor presidentes del Perú, pero hay que reconocer algo. Alan
García junto a Alberto Fuijomori y Vladimiro
Montesinos, orquestaron toda y dejaron
para la posteridad toda una escuela
delincuencial dentro del gobierno peruano.
Tanto así, que desde que Alan García llego al poder, comenzó
a orquestar junto a sus secuaces del Partido Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA) la manera de robar dinero del Estado con la fachada de
licitaciones o contratos.
Recordemos que, uno de los escándalos más sonados que protagonizó García durante su primer
Gobierno (1985-1990), fue cuando tuvo
que ver con la venta de 14 aviones Mirage 2000.
Y así lo cuenta el
desaparecido excenador de Izquierda Unida, Carlos Malpica, en su libro
Pasajeros de Alto Vuelo, donde denuncia
que 1986, Alan García recibió la
coima de 100 millones de dólares con la finalidad de frustrar la compra que
tiene aprobada en ese entonces la Fuerza Aérea del Perú de 26 aviones Mirage
2000 de la empresa francesa Avions
Marcel Dassault a un precio de 650
millones de dólares.
El libro detalla que Alan García no actuó solo en esa
oportunidad, sino que tuvo la ayuda del traficante de armas Abderramán El
Assir, de origen Libano.
Con este acto, la Fuerza Aérea no solo perdía ventaja en la
supremacía área en la región, sino que ponía al Perú de una forma u otra en
desventaja ante un posible conflicto con Chile.
Otro caso muy recordado en aquella época, fue que el líder
del APRA fue acusado del delito de enriquecimiento ilícito por su presunta
participación en un acto de corrupción dentro del Banco de Crédito y Comercio
Internacional (BCCI).
Se acusó a dos funcionarios peruanos de recibir sobornos de
tres millones de dólares por depositar parte de las reservas del Banco Central
de Reserva (BCR) al BCCI. Se trató de Leonel Figueroa y Héctor Neira.
Asimismo, recordemos que ya finalizar el gobierno de García un
escándalo de corrupción remeció la política peruana. El empresario Sergio
Siragusa Mule, representante en nuestro país del consorcio italiano Tralima,
declaró al fiscal italiano Vittorio Paraggio que el ex presidente Alan García y
el ex primer ministro italiano Bettino Craxi se habían beneficiado con una
millonaria coima en la construcción del Tren Eléctrico de Lima, obra que estaba
a cargo de ese consorcio.
Vistiendo un terno marrón claro y una camisa rosada, Siragusa
se presentó el 20 de diciembre de aquel año ante la fiscal peruana Flor de
María Maita Luna. El empresario, que residía en el Perú desde hacía dos décadas
y media, aseguró que había entregado al ex presidente García, a modo de
comisión, US$ 200 mil en efectivo, y US$ 840 mil los depositó en cuentas en el exterior.
¿Cuál era su versión? En setiembre de 1989, el presidente
García viajó a Yugoslavia, pero en su trayecto hizo una parada: El Municipio de
Roma lo invitó a la inauguración de la línea de Rebibbia, un tramo del metro de
la capital italiana. De acuerdo a la versión de Siragusa, el embajador peruano
en Italia, Manuel Roca Zela, lo visitó para expresarle que existía “un problema
de contribuciones” no solucionado hasta el momento, y que el presidente García
deseaba recibirlo.
Es así, que Para cuando estalló el caso Siragusa, Alan García
se encontraba asilado en Colombia: El autogolpe del 5 de abril de 1992, había
desencadenado su partida del país.
Fuera del país, García fue procesado por enriquecimiento
ilícito y se convirtió en reo contumaz. Durante el proceso, se reveló que
Siragusa había hecho depósitos en las cuentas cifradas 280762361 y 2952733 del
Barcklay’s Bank, en las islas Gran Caimán (conocido paraíso fiscal). La defensa
de García entonces se encargó de probar que las cuentas eran del empresario
Alfredo Zanatti Tavolara, quien a pesar de ser financista de la campaña de Alan
García sirvió como chivo expiatorio. Solo a inicios del 2001 consiguió acogerse
a la prescripción.
Fujimori
Terminando la década de los 80´s y entrando a los 90´s, en el
Perú se inicia un cambio. Muchos pensaron que iba a ser un cambio positivo,
pero desde un inició el gobierno de Fujimori fue corrupto.
La escuela de la corrupción
comenzaba a perfeccionarse dentro del
Estado peruano, esa así, que al año de comenzado el gobierno se produjo
el escándalo de la ropa usada, que dividió a la familia presidencial, debido a
que la primera dama, entonces Susana Higuchi, denunció los hechos delictivos.
En suma, se estaban canalizando las donaciones de súbditos japoneses a través
de unas ONG que formó la familia Fujimori para manejar este dinero en forma
privada, desviando parte de los fondos para uso propio.
Entre los principales integrantes de la familia que
dirigieron esta operación se cuenta a Víctor Aritomi, quien está casado con
Rosa Fujimori, hermana del ex presidente. Aritomi era embajador peruano en
Japón y persona clave, porque manejaba toda la trama.
Otro caso es la compañía de seguros Popular y Porvenir. Esta
entidad fue manejada por Augusto Miyagusuku, quien era amigo de la infancia y
vecino del ex presidente. Asimismo, era directivo de una de las ONG que
canalizaron las donaciones japonesas. Pues bien, el íntimo amigo de Fujimori
saqueó Popular y Porvenir dejándola completamente quebrada, después de haber
sido una próspera y emblemática empresa nacional.
Pero, la cereza de la torta fue el latrocinio de la Caja de
Pensiones Militar y Policial. Este fue el capital originario de Vladimiro
Montesinos, quien colocó a sus intermediarios en la entidad, orientando las
inversiones y préstamos que realizaba la Caja para maximizar sobornos,
obteniendo coimas espectaculares. El resultado fue funesto, se destruyó la
capacidad de la entidad para cumplir sus obligaciones con los retirados de las
FFAA.
En este sentido, tenemos evidencia absoluta que este mal que afecta al Perú se originó desde el primer gobierno de Alan García pasando desde ahí, de gobierno a gobierno, mejorando o modificando la forma de cómo robar en el Estado peruano hasta en la actualidad.
Donde podemos apreciar como un Alejandro Toledo que tanto defendía la
transparencia y protestaba en contra de la corrupción a inicios del año 2000,
ahora se encuentra prófugo de la justicia viviendo en EE.UU y donde el actual presidente al parecer lo
estaría blindando.
Luego tenemos a un Ollanta Humala, envuelto en escándalos,
cuando todos pensaban que él por tener una formación militar iba en algo cambiar las cosas con el objetivo
de mejorar el país y poner orden, cosa que nunca pasó, pues su esposa fue una
versión femenina de Vladimiro Montesinos donde se convirtió en la autora
intelectual de cómo realizar los delitos de sobornos y corrupción.
Sin duda que desde que llegó Alan García y el Perú se jodio y
solo Alberto Fujimori perfeccionó la manera de robar en el Estado, dejando así
todo un manual para que los sucesores presidentes sigan esa línea delincuencial.
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