En atención a la invitación
cursada, el pasado 23 de mayo, por la corporación aeronáutica francesa Dassault
Aviation, la Fuerza Aérea del Perú envió una pequeña delegación en la Conferencia de
Usuarios Mirage 2000, que se realizó entre los días 13 y 16 del presente mes de
octubre en la ciudad de París, Francia.
Como se recuerda, la FAP adquirió
en la primera mitad de la década de 1980, dos docenas de aviones caza Mirage
2000, compra que luego fue reducida a 12 unidades, diez monoplazas y dos
biplazas, las cuales están asignadas al Grupo Aéreo No 4, con asiento en la
Base Aérea La Joya, Arequipa, ubicada a unos mil kilómetros al sur de la ciudad
de Lima.
Lastimosamente, se espera que
sean modernizados o en todo cado remplazados por nuevos aviones el ministro de
Defensa peruano, Pedro Cateriano, al respecto, permiten entrever que su
despacho considera los costos asociados a la modernización de los Mirage 2000
como demasiado elevados para su utilidad remanente.
Asímismo, se recuerda que el desaparecido exsenador de la Izquierda Unida, Carlos Malpica, denunció en 1993, en su libro póstumo Pájaros de alto vuelo, que Alan García recibió, al inicio de su primer Gobierno (1986), una coima de más de 100 millones de dólares por frustrar la compra aprobada de 26 aviones Mirage 2000 a las empresas francesas Avions Marcel Dassault, Thomson-CSF y Snecma al precio de 650 millones de dólares.
Asímismo, se recuerda que el desaparecido exsenador de la Izquierda Unida, Carlos Malpica, denunció en 1993, en su libro póstumo Pájaros de alto vuelo, que Alan García recibió, al inicio de su primer Gobierno (1986), una coima de más de 100 millones de dólares por frustrar la compra aprobada de 26 aviones Mirage 2000 a las empresas francesas Avions Marcel Dassault, Thomson-CSF y Snecma al precio de 650 millones de dólares.
Y es que en el libro, se se revela que
el ex mandatario tuvo como cómplice al traficante de armas Abderramán El
Assir, originario del Líbano.
Assir había trasladado en su jet
particular al entonces mandatario electo Alan García hasta la ciudad de
Rabat, en Marruecos, para conversar con el presunto empresario libanés sobre
unas supuestas inversiones en pesca, pero en realidad era para que García hiciera usó del derecho del Perú, estipulado
en el contrato, de decidir sobre el destino de los 14 aviones que dejaba
de comprar, para orientar su venta a otros países.
Con el aval de los Gobiernos
peruano y francés (y el visto bueno de las empresas fabricantes), el
traficante El Assir vendió a un precio estratosférico los 14 Mirage 2000 a
varios países árabes. En esta operación el entonces joven presidente peruano,
su amigo El Assir y otros, se embolsicaron más de 100 millones de dólares.
Lo peor de todo fue que el primer
Gobierno de Alan García no solo fue el responsable de reducir la compra de los
Mirage 2000. Sino que las empresas
francesas le quitaron su equipamiento a las diez aeronaves que sí se compraron
y, además, elevaron el precio.
El ex comandante de la FAP, Boluarte, explicó
en un informe que “se les quitó las contramedidas electrónicas, nos cobraron
el simulador de vuelo, no nos entregaron el software de la computadora de
vuelo, haciendo que tuviéramos que gastar como medio millón de dólares en el
conflicto del Cenepa (1995) para cambiarle la configuración a tres aviones; y
que durante las operaciones, nos bloquearon electrónicamente los radares”.
En dicho conflicto, el Perú tenía
100 aparatos de combate, pero solo se hallaban operativos tres Mirage 2000,
siete Sukhoi 22, cuatro Canberras, ocho A-37B y cinco helicópteros artillados
Mi-25. Nuestros Mirage 2000 no contaban con misiles aire-aire de corto y de
mediano alcance, lo cual, evidentemente, les restaba eficacia en combate. Como
era de esperar, los ecuatorianos nos derribaron 9 aviones y un helicóptero,
entre ellos dos Sukhoi 22, un A-37B, un Canberra y dos helicópteros Mi-25. En
buena cuenta, “nos sacaron la mugre”.
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