Mientras que muchos extranjeros indocumentados siguen ingresando por Tacna al Perú por pasos no habilitados gracias a la guía de militares chilenos, surge una pregunta, ¿cabe la posibilidad que el personal de inteligencia de Chile haya ingresado por estos mismos pasos para realizar trabajo de espionaje?
Una pregunta que al parecer a las
autoridades peruanas les incomoda mucho teniendo en cuenta que en los últimos
años Chile ha realizado más de dos operaciones de espionaje contra el Perú. Y
en la que, se llego a un conflicto diplomático sin resultados positivos para el
Perú teniendo en cuenta que Chile tuvo la protección y la venia de EE.UU para
realizar dichas operaciones.
Cabe recordar, que en los últimos
20 años el Perú ha tenido más de 2 dos casos de espionaje realizados por Chile.
EL CASO VÍCTOR ARIZA
El caso que estremeció a la
prensa peruana, fue el caso del suboficial
de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) Víctor Ariza Mendoza, acusado de entregar
información clasificada y secreta a Chile por lo menos desde el año 2004 y en
la Fuerza Área buscaba realizar un proyecto
para remplazar sus aviones caza.
Es más, la Fuerza Área del Perú
denunció ese mismo año al Técnico Inspector Fuerza Aérea del Perú Víctor Ariza
Mendoza por delito contra el Estado y la Defensa Nacional – Atentado contra la
Seguridad y Traición a la patria, en las modalidades de Revelación de Secretos
Nacionales y Espionaje.
Pero, Ariza no sería el único. Pues, el suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) Justo Rufino Ríos Aguilar, un técnico inspector de la FAP adscrito a la especialidad de Inteligencia, también fue detenido y denunciado al estar vinculado con Ariza.
Otro suboficial de inteligencia
de la FAP posiblemente implicado es Justo Ríos Aguilar, además, estarían el
ahora militares en retiro mayor general FAP Carlos Samamé Quiñones quien fue en
esa fecha jefe de Estado Mayor y número dos de la institución aérea, ya que
laboró directamente con Víctor Ariza, y al coronel FAP (r) Jorge Almendáriz
Abanto, bajo cuyo mando se encontraba el suboficial Víctor Buendía Rodríguez.
Lo curioso de todo este caso, es que el ex mayor general FAP Carlos Samamé Quiñones, se desempeñó como agregado militar en la Embajada del Perú en Chile en el 2002 y su auxiliar fue nada menos que el técnico Víctor Ariza, es más, Samamé Quiñones, que por años fue incapaz de advertir la infiltración de que fue objeto todo el aparato de Inteligencia peruano, y aun habiéndolo advertido años más tarde, fue negligente al permitir que las medidas de contrainteligencia adoptadas, se diluyeran permitiendo que se vulnere la seguridad nacional.
CASO NAVAL
Otro caso que fue escandaloso
para la política peruana y para el Perú, fue cuando la prensa reveló en febrero
del 2015 el caso de dos suboficiales de la Marina de Guerra del Perú están
detenidos en la Base Naval del Callao, acusados de realizar actividades de espionaje
para Chile.
Uno de ellos es el SOT 3 Alfredo
Marino Domínguez Raffo, analista de información de inteligencia, quien asegura
que empresarios italianos en el 2011 lo contrataron para que les brinde
información sobre la pesca peruana.
De acuerdo a la imputación, los
supuestos empresarios italianos son en realidad oficiales de la Armada de
Chile, y el país de encuentro con los supuestos espía fue Brasil. Domínguez se
encuentra detenido desde octubre del 2015.
El otro suboficial acusado de
espiar para Chile se llama Johnny Richard Philco Borja, operador de
telecomunicaciones. De acuerdo a la investigación de la fiscalía militar
policial, habría viajado a Brasil, Bolivia, Argentina y Chile para vender
información confidencial a sus contactos.
Según se supo en aquel entonces,
el suboficial de la Marina peruana Johnny Philco Borja identificó a uno de los
agentes de la Armada de Chile que lo contactó para recibir información
confidencial sobre el Perú.
Philco reconoció al capitán de
corbeta de la Armada de Chile como, Francisco Calvanese Oyarzún alias ‘Carlos’,
con quien habría sostenido al menos seis reuniones en Chile, Bolivia y
Argentina.
Cabe precisar que n se sabe la
situación actual de los militares peruanos que espiaron a favor de Chile, pero
lo que sí se sabe, es que Chile nunca reveló el paradero del agente chileno, ni
mucho menos lo entregó para que afronte la acusación de espionaje ante el Perú.
CASO JULIO VARGAS GARAYAR
1978. El ex suboficial FAP Julio
Vargas Garayar, quien trabajaba en la embajada de Chile en Lima, indicó que
oficiales del ejército chileno le contactaron para desempeñarse como espía y le
pidieron realizar fotografías de la base aérea de la FAP en La Joya (Arequipa).
Fue prontamente descubierto en sus actividades y de inmediato fue acusado de
espionaje y sentenciado a muerte en un juicio sumario ante un tribunal militar.
El Consejo de Ministros negó el indulto al condenado y el 20 de enero de 1979
Vargas Garayar fue fusilado por traición a la patria.
En ese mismo año de 1978, los oficiales militares chilenos capitán Sergio Jarpa y teniente Alfredo Andoázegui, del petrolero chileno Beagle anclado en Talara, se encaminaron a la base aérea militar situada en Talara para fotografiar ocultamente los aviones de combate Sukhoi Su-22 adquiridos por el Perú, siendo arrestados por la seguridad de la Fuerza Aérea del Perú.
Los oficiales chilenos indicaron
que las órdenes provenían del embajador chileno, Francisco Bulnes. El
presidente peruano de entonces, el General del Gobierno Revolucionario de las
Fuerzas Armadas, Francisco Morales Bermúdez decide expulsar al embajador
chileno declarándole "persona non grata". Antes de partir, Bulnes
pide también la liberación de los oficiales chilenos; el embajador y los
oficiales fueron también expulsados del Perú en enero de 1979.
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