El pasado 30 de mayo estuvimos en la Región Ucayali,
para ser más exactos en la Plaza de Yarinacocha – Pucallpa. Y nos dimos con la
ingrata sorpresa que la placa de plástico que se encuentra debajo del busto
que se da en homenaje a nuestro Héroe José Abelardo
Quiñones, se encuentra literalmente de
cabeza.
La gente de la zona nos contó que
dicha placa se encuentra de esa forma por más de un año y que las autoridades
no tienen ningún interés en repararlo.
Asimismo, contaron que pese a que en la plaza existe presencia militar de la Fuerza Aérea, tampoco muestran el interés en reparar la placa. La gente mostró su indignación al ver que falta patriotismo y respeto por nuestros Héroes.
Como se recuerda, José
Abelardo Quiñones Gonzales, fue un
aviador de guerra peruano, declarado Héroe Nacional del Perú por la Ley N°
16126 del 10 de mayo de 1966 a causa de su inmolación en una misión aérea
contra las baterías ecuatorianas, durante la guerra de 1941. Asimismo, cada 23
de julio (día de su inmolación) se conmemora el Día de la Fuerza Aérea del
Perú.
Al estallar la guerra con el Ecuador de 1941, el teniente Quiñones fue
destacado al teatro de operaciones, integrando el XXI Escuadrón de Caza del
Agrupamiento Aéreo del Norte. Los pilotos asignados a este Agrupamiento
cumplían diversas funciones, entre ellas fotografiar el terreno de los hechos y
ubicar las posiciones del enemigo. Las divisiones peruanas, apoyadas por su
fuerza aérea, derrotaron a las tropas ecuatorianas a lo largo de la frontera de
Zarumilla, pero aún quedaban dos puntos fuertes que destruir, los de Rancho
Chico y Quebrada Seca, donde los ecuatorianos habían concentrado el grueso de
su artillería antiaérea y colocado “nidos” de ametralladoras.
Con la misión de silenciar las baterías ecuatorianas para abrir paso a
las tropas peruanas, el 23 de julio de 1941, la 41. Escuadrilla (integrante del
XXI Escuadrón de Caza) despegó de Tumbes, al mando del teniente comandante CAP
Antonio Alberti e integrada por los tenientes CAP Fernando Paraud y José
Quiñones y el alférez CAP Manuel Rivera, a bordo de sus aviones de caza North
American NA-50. Quiñones había bautizado a su apreciado avión con el nombre de
“Pantera”.
Pocos minutos después de la partida ya estaban sobre el objetivo e
iniciaron el bombardeo del puesto ecuatoriano de Quebrada Seca. Cuando el
aparato pilotado por el teniente Quiñones, efectuó por segunda vez el descenso
para lanzar sus bombas, fue alcanzado por el fuego antiaéreo ecuatoriano. En
vez de saltar del avión y utilizar su paracaídas, en cuyo uso era diestro,
Quiñones enrumbó su avión hacia el blanco ecuatoriano, estrellándose y muriendo
en el acto. El joven aviador cumplió así su deber de destruir las baterías
enemigas a costa de su vida.
El 19 de octubre de 1941 (tres meses después de su deceso), el Coronel
del Ejército de Ecuador Octavio A. Ochoa, jefe de la IV Zona Militar, entregó a
nombre de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas los restos mortales del héroe
peruano, pronunciando las siguientes palabras:
Entrego
a la Fuerza Aérea del Perú los restos de quien supo honrar a su patria, a su
pueblo y a su fuerza armada. Mi pueblo [ecuatoriano] rinde homenaje al pueblo
peruano, dignamente encarnado en la figura heroica de José Abelardo Quiñones
Gonzales.
Octavio A. Ochoa
Sus restos mortales reposan en la Cripta de los Héroes y en el Mausoleo
del Campo de Honor de la Escuela de Oficiales de la FAP.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
https://graph.facebook.com/comments/?ids={http://limanoticia.blogspot.com/}